Cada 22 de noviembre se celebra en el mundo cristiano la festividad de Santa Cecilia, patrona de los músicos, también de los poetas y de los ciegos. Es oír Santa Cecilia y automáticamente salta un resorte que asocia ambas ideas, aunque hay que recordar que el Día Internacional de la Música es el 21 de Junio para todo el mundo.
¿Pero realmente tuvo algo que ver con la música la tal Cecilia de las narraciones históricas? Parece que poco. Las conexiones culturales, humanas, a veces tienen todo el sentido y otras, no tanto. Y puede que en el devenir de la historia un hecho aleatorio sumado a otro, haga que el azar tenga más importancia de lo imaginado. Alguien en algún momento decidió que ella era una buena elección en el santoral para el patronazgo de los músicos. Y ahí permanece.
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La base histórica
Aunque es difícil ubicarla en la cronología exacta, Santa Cecilia fue una mártir de la Iglesia primitiva cristiana. No existen pruebas definitivas pero se sitúa su muerte entre los años 180 y 230 D.C.. Perteneciente a una familia de patricios romanos, la casta más noble por ser descendientes de los fundadores de la ciudad, Cecilia fue educada en el cristianismo. En un entorno pagano ella ofreció voluntariamente su virginidad a Cristo, enfrentándose a su familia cuando el padre le obligó a casarse con otro patricio. Aún así consiguió preservar su decisión y hasta convencer a su marido para la causa cristiana.
Debido a ello fueron perseguidos y finalmente martirizados, él con azotes y a ella degollada, después de tres días de agonía. El papa Urbano I la enterró como mártir en la catacumba de San Calixto y consagró su casa como basílica, que aún hoy se mantiene en el barrio del Trastévere de Roma. Todo esto es lo que cuenta la tradición.
En el año 430 aparecieron las Actas de Santa Cecilia, un romance anónimo propio de esa época que versaban las vidas de santos. El texto en sí no tiene rigor histórico pero en él coinciden personajes que estuvieron relacionados con ella, como Valeriano –marido- y Tiburcio –cuñado-, lo que invita a pensar que sí tiene una base real. Es a partir de ese texto que relataba su martirio cuando se empieza a dar difusión a su figura, hasta convertirla en una de las santas más veneradas.
La simbología musical
En la Edad Media es cuandose empieza a representar a Santa Cecilia tocando un instrumento, normalmente el órgano o el laúd, pero no hay datos que la relacionen necesariamente con la música. El origen de ello puede estar en que el día de su boda, mientras todos celebraban a su alrededor el acontecimiento, ella se mantuvo apartada en un rincón simplemente cantando a Dios para pedirle fuerzas para sobrellevar lo que tenía que enfrentar. También se dice que mientras era torturada no dejaba de cantar, como forma virtuosa de entrega. Es en ese sentido que ella representa la interpretación musical más pura, a través de la voz.
En 1584 se fundó la Academia de la Música de Roma que la eligió como protectora. Desde ese momento se generalizó universalmente su veneración como patrona de los músicos. Actualmente sigue dando nombre a numerosas agrupaciones musicales por todo el mundo, en especial el de habla hispana, y cada 22 de noviembre se celebra su festividad con conciertos.
Varios han sido los compositores que le han dedicado alguna obra. En 1736, solo seis años antes de su grandioso Mesías, Haendel compuso Oda para el Día de Santa Cecilia. A principios del siglo XX otra gran músico como el inglés Benjamin Britten, nacido precisamente el 22 de noviembre, compuso el Himno a Santa Cecilia sobre letra de su amigo poeta W.B Auden.
Además con el nombre de cecilianismo a finales del siglo XIX se puso en marcha un movimiento de renovación de la música sacra que estuvo vigente hasta principios del siglo XX. Esta corriente dentro de la Iglesia promovía una vuelta a las raíces del canto cristiano cercano a los gregorianos, y como reacción a los excesos del Romanticismo. Se buscaba la sobriedad y el retorno a los orígenes, y ella lo representaba a la perfección.
Los lienzos de Artemisia
La presencia en el arte de Santa Cecilia también ha sido constante por ser una de las mártires más populares. En el Renacimiento cuando se extendió su consideración como patrona de la música, empiezan a abundar los cuadros que la retrataban. Artistas como Rubens, Rafaello Sanzio o Nicolas Poussin la imaginaron como a tantos otros personajes de la Roma clásica o de la mitología que eran el paisaje habitual en el arte de la época.
Pero entre todas las representaciones de Santa Cecilia sobresalen por carácter propio, los lienzos de Artemisia Gentileschi, una artista en un ambiente eminentemente masculino que se desmarcó del influjo de su padre, Orazio, artista reconocido del siglo
XVII italiano que se limitó a imitar la obra de Caravaggio. Sin embargo es Artemisia la considerada verdadera heredera de la fuerza pictórica del maestro barroco y la que ha perdurado en la Historia del Arte. Sus cuadros muestran escenas bíblicas pero no con el prisma habitual, retrata la feminidad desde otro punto de vista, como una de ellas, como una hermana que espía y que quiere contar sus historias. Una de esas historias fue la de Santa Cecilia que según la tradición oral, encarnaba con su rebeldía el poder femenino.
Para terminar nos permitimos una licencia, si Santa Cecilia hubiera tocado el clarinete o el saxofón seguro que habría sido una clienta fiel de nuestro taller. Pero sobre todo habríamos compartido una misma pasión: la música. https://www.atelierdecelia.comhttps://www.atelierdecelia.com