El inicio de este instrumento se remonta a la década de 1830, gracias al trabajo de Adolph Sax.
La forma de este instrumento es cilíndrica en vez de cónico y el material actual está fabricado en madera de granadilla o en resina o ABS.
Las partes que componen el clarinete bajo son la siguientes:
Pabellón:
Al contrario de del clarinete Sib estándar, el clarinete bajo posee uno metálico enfocado hacia arriba. La parte inferior está unida a un aro mediante un puente también metálico.
Llaves:
El sistema de digitación es igual que el clarinete estándar, es una adaptación inventada por Théobald Boehm para la flauta travesera, lo que hace que la forma de tocar sea más fluida.
Llave de octava:
Esta pequeña llave se encuentra en la parte posterior del instrumento, justo por encima del aro del cuerpo de la mano izquierda. Al accionarla se acorta la longitud de la columna de aire de modo que las notas resultantes suenan una octava más aguda de lo que lo harían prescindiendo de este mecanismo.
Apoya pulgar:
Una pequeña pieza situada en la parte posterior del instrumento para apoyar el pulgar izquierdo no influye en la sonoridad del instrumento, pero si en la comodidad del clarinetista.
El sonido que desprende este instrumento es completamente diferente al que emite el clarinete tradicional.
Según el registro en el que interpretemos la pieza conseguiríamos un efecto u otro:
Por ejemplo, con un registro grave conseguiríamos un sonido más dramático y lleno de matices.
En un registro medio, el sonido que emite el clarinete bajo es algo más débil y lleno de emoción, mientras que si interpretáramos un registro agudo tendríamos un sonido lleno de color y notas brillantes.
A pesar de que hay que tener un gran conocimiento del clarinete la digitación de este instrumento es fácil y a pesar de su tamaño se pueden interpretar pasajes rápidos con mucha ligereza.
No fue hasta que el clarinetista Harry Carney defendió este instrumento en la llegada del jazz moderno, quien nos convenció de que el registro de este magnífico instrumento lo convertía en unos de los mejores instrumentos de vanguardia.
Eric Dolphy, Louis Sclavis o Michel portal son unos de los grandes referentes en el clarinete bajo.
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